Publicación del Circularity Gap Report de 2022

Estudio realizado desde Circle Economy

Imagen: Circularity Gap

El Circularity Gap Report es un estudio realizado desde Circle Economy, una organización no lucrativa que trabaja junto a empresas, ciudades y gobiernos para identificar las oportunidades que hagan posible una economía circular. El primer informe fue presentado en 2018 en el Foro Económico Mundial, en Davos. Desde entonces, se ha actualizado cada año aportando nuevas perspectivas con un alto nivel de conocimiento acerca de los flujos de materiales y los indicadores que miden la transición hacia una economía circular. Los parámetros de medición aportados por estos informes son especialmente importantes para apoyar y guiar a los responsables de políticas públicas y decisiones empresariales.

La publicación de el quinto Circularity Gap Report en 2022 viene a señalar que todavía estamos muy lejos de una economía circular. De hecho, viene a señalar que nos estamos alejando todavía más de ella. En 2018, el porcentaje de los flujos de materiales que una vez utilizados volvían a ser aprovechados dentro de la economía alcanzaba el 9,1 %. Dos años más tarde, en 2020, ese porcentaje se vio reducido hasta el 8,6 %.

En términos absolutos, el consumo de materiales en la economía mundial no ha hecho más que aumentar en estos últimos años. En el año 2000, la cifra alcanzaba las 54,9 gigatoneladas; mientras que en el año 2019 se superó la barrera de las 100 gigatoneladas anuales. En los años que han trascurrido desde la firma del Acuerdo de Paris en la COP21 de 2015 hasta la COP26 de Glasgow en 2021, la economía mundial ha consumido 500 gigatoneladas de recursos materiales vírgenes. El continuo incremento del consumo implica que los recursos materiales extraídos son un 70% superiores a la cantidad que puede ser reabastecida y regenerada según los ciclos biofísicos del planeta de los que dependemos. Si las tendencias de extracción de minerales se mantienen, las proyecciones indican que en 2050 el consumo anual se situaría entre los 170 y 184 Giga toneladas.

Imagen: Circularity Gap

En este quinto informe de 2022 también se analiza la vinculación entre consumo de flujos materiales y emisiones de gases de efecto invernadero. La gran mayoría de las emisiones están relacionadas con el tratamiento y uso de materiales. Por tanto, lograr una economía más circular con menor uso absoluto de flujos materiales se traduciría también en una reducción de las emisiones. Para avanzar hacia ese objetivo, este informe presenta una hoja de ruta formada por 21 soluciones orientadas a empresas, ciudades y países. En caso de llevarse a cabo, se estima que podrían reducir la extracción y uso de materiales anual en un 28%, al mismo tiempo que se reducirían las emisiones GEI anuales en un 39%. De estas 21 propuestas, podemos destacar algunas como:

  • Soluciones naturales de vivienda: Enmarcan los tejados verdes, las casas pasivas o el autoconsumo de energías renovables. Se estima que podría reducir el uso de materiales y las emisiones anuales en 3,07 y 6,47 gigatoneladas, respectivamente.
  • Reducir la demanda excesiva de alimentación: Enmarca medidas como una reducción del desperdicio alimentario o la sustitución del consumo de carne por alternativas vegetales en la dieta. Lograría reducir el uso de materiales y las emisiones anuales en 3,40 y 2,07 gigatoneladas.
  • Circularidad en los vehículos: Reciclaje de vehículos al final de su vida útil y uso de metales y plásticos reciclados en la fabricación de nuevos vehículos. Si se lograra, se podrían conseguir unas reducciones del uso de materiales y las emisiones anuales de 3,33 y 1,5 gigatoneladas.

Por último, en este informe se diferencia entre las diferentes estrategias y prioridades que deberían ser asumidas por diferentes grupos de países para acercarnos a los objetivos de economía circular al mismo tiempo que se garantiza un “espacio seguro y justo” para toda la población mundial. Esto implica garantizar la satisfacción de necesidades para poder desarrollar una vida digna sin superar los límites biofísicos del planeta. En este sentido, se considera que las áreas sobre las que deberían actuar de forma prioritaria los países de la Unión Europea son las siguientes:

  • Reducción del consumo de productos animales y acabar con el desperdicio alimentario
  • Aumentar la vida útil de los edificios e infraestructuras a partir de la rehabilitación y reutilización de materiales de construcción
  • Aumentar la vida útil de los vehículos, cambiar a modelos de movilidad compartida y utilizar las tecnologías digitales para reducir la necesidad de desplazamientos físicos
  • Asegurarse de que los residuos son valorizados adecuadamente, maximizando su potencial de reutilización
Imagen: Circularity Gap

Si todas las medidas y soluciones propuestas en este informe fueran llevadas a cabo por los países del Norte Global entre los que se enmarca España, se estima que se podría reducir el uso anual de materiales en 10,5 gigatoneladas anuales. Las áreas de satisfacción de necesidades humanes en las que mayores reducciones podrían lograrse son la de viviendas e infraestructuras, seguida de nutrición y movilidad.

Este informe es una de las aproximaciones más completas y detalladas que se realizan periódicamente sobre el estado del consumo de recursos materiales a nivel global. De momento, parece que avanzamos en la dirección contraria. Pero las potencialidades y sinergias que pueden permitirnos avanzar en la dirección correcta son cada vez más. Por ese motivo, desde R que Erre recomendamos entusiastamente su lectura con detenimiento.

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